Alas de libertaad 02

La sociedad, ante todo hay que saber sobrellevarla para que nuestra vida sea tranquila, te puedes topar en situaciones que te dañen y te coloquen en un sitio equivocado, entre el que dirán y porque lo dirán, existe una respuesta el modo de nuestra vida social, cada ser humano es un mundo, diferente, que nos conocemos tan poco que solo relacionándonos, podemos coincidir y caminar entre la inmensa sociedad del mundo parlante, ya que somos millones de mujeres en el proceso de encontrarnos a nosotras mismas. Me pregunto, porque ante la sociedad, nosotras somos mas pecadoras cuando tenemos un desliz y el comportamiento de ellos es un triunfo sin fin, quien de nosotras no a tenido una infidelidad por desamor, como nos juzgaríamos nosotras mismas, que respuesta diríamos tendríamos mil excusas y sin sabores que nos orillaron a ser y vivir una aventura , pero tengo la seguridad que el 100% lo hemos hecho por desamor, aunque no hay excusa ni disculpa, pero como podemos rechazar la atención, las palabras de aliento dulces y hermosas e inquietantes de un ser humano ajeno a nuestra vida oh de la rutina de una mujer casada, pero para nosotras no esta la palabra aventura, ni siquiera la casualidad, evocamos mas que una noche, oh un simple momento de sexo, gritamos muchas veces en nuestro silencio que lo único que quisiéramos es ser amadas y deseadas por siempre el territorio de los hombres tiene la ventaja de ser y trascender por tiempo indefinido sus infidelidades sin que se les juzgue tan duramente como a nosotras, buscamos nuestros derechos a ser respetadas y comprendidas, se que una infidelidad es y será siempre mal vista ante esta sociedad, sea hombre oh mujer y que lo único que debemos pensar es que nunca se aprobara. Será un poema o quizás prosa pero en ella describe una infidelidad que muchas mujeres callamos.
Entre el amor y desamor y el olvido mi cuerpo ansiaba ser amado quería vivir un amor que se negaba, y quería envolverme en un sin fin de sueños y fantasías a mis años esa inquietud supuestamente había pasado, mi moral y mis valores estaban en el marco de mi vida, fue un despertar tan esperado tan ansiado, llevando mi derecho de mujer, en una caja de cristal, en la caja había puesto mi infidelidad, tratando de envolverla con amor y pasión, y los meses proseguían cuidándola con esmero y dedicación, y no lo niego trate de envolverla mas en amor que en pasión y llegue a la conclusión de que fue una historia que detono mi soledad, que llego al limite de enfrentar la sociedad entre mil excusas de las cuales hoy estoy segura, de no volver a conjugar, mas bien enfrentare el derecho de ser mujer segura, y feliz con mi soledad.