sábado, 28 de junio de 2014

Sol ardiente.

Enlazados en la historia, de un amor prohibido, tu cuerpo se amolda, tan bien al mío.
Y sin preámbulos  y tentaciones somos intensos como los rayos del sol.
Que arden fervientemente entre hogueras de  una pasión.
Un cálido y tierno encuentro, son el principio de cadentes besos, y las caricias, aceleran el latido de dos corazones necios.
Más, si el mundo marcara distancia, nadie apagaría, esos rayos solares que son esos dos cuerpos, que se envuelven en un pensamiento.
Y que apesar de las circunstancias, seguirán ardiendo, entre el sol y sus besos.


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